Lilly vive en una casa abandonada en medio del bosque. Está acostumbrada a enceder hogueras, serruchar la madera, clavar clavos, y jugar en el barro junto con sus dos hermanos.
Sin embargo, debido a las circunstancias, Lilly y su familia tendrán que desalojar el lugar e irse a una vivienda adosada de ladrillos lejos de la naturaleza, en el centro de la ciudad.
¿Se podrá adaptar esta pequeña de 9 años?
Dirigido por Sanne Rovers
Fotografía: Jefrim Rothuizen
Sonido: Bouwe Mulder
Montaje: Tim Roza
Música: Michiel Thomassen
Traducción y subtitulación: Raquel Villar, Rosselena Albornoz
Entrevista
Sanne Rovers Directora
«Toda la familia sigue viendo mi película, más o menos, cada año, porque es un recuerdo muy bonito para ellos. Es como retroceder en el tiempo por 15 minutos».
- Háblanos de ti, Sanne.
Dirijo documentales, aunque no me formé como cineasta. En la universidad, estudié Lenguaje y Cultura, y luego me especialicé en cine y televisión, lo cual me gustaba mucho.
En un momento dado, me di cuenta: «¡Vaya! Es posible estudiar cine, pero también es posible convertirse en cineasta!». Empecé como voluntario en una televisión local, y estudié un curso técnico de rodaje y montaje. Después hice un cortometraje documental de 50 minutos en Venezuela, junto a una amiga –Eva van Roekel–, que vivía allí parcialmente, en 2009.
Esta primera película fue como mi billete para entrar en Kids & Docs. Se trata de un taller específico en los Países Bajos para crear cortometrajes documentales sobre la juventud y para un público juvenil, organizado por la IDFA y Cinekid, un festival de cine infantil. Durante este taller desarrollé «Wild Lilly».
- ¿Cómo conociste a Lilly y su familia?
En aquella época, había mucho okupas en los Países Bajos, y el gobierno estaba creando una nueva ley que prohibiría la okupación en todo el país.
Esto significaba que muchas comunidades iban a desaparecer, y pensé que era una pena. Había muchas familias viviendo en esos lugares, y que luego tendrían que mudarse.
Me puse en contacto con mucha gente, y así fue como di con este sitio en particular, en el bosque, donde nunca había estado. Conocí a varias familias que vivían allí, pero la familia de Lilly fue la que más me agradó. Ella tenía 9 años, la edad perfecta para reflexionar sobre su situación. Iban a derribar en muy poco tiempo, por lo que todo fue muy rápido.
- Uno puede imaginarse que no es fácil confiar en un cineasta que quiere grabar a niños. ¿Cómo convenciste a Maaike, la madre de Lilly?
Le dije que quería hacer un retrato sobre el estilo de vida de la familia. Mostrar cómo habían vivido allí en el bosque, durante todo ese tiempo, y mostrar el cambio que su familia estaba a punto de afrontar.
También, creo que para Maaike, la película era una forma muy bonita de recordar el lugar en el que sus hijos habían nacido, crecido y donde habían vivido muchos momentos.
Cuando me hablaste de esta entrevista, pensé en llamar a Maaike, porque ha pasado un tiempo desde la última vez que hablamos. Ayer la llamé y dijo que su familia sigue viendo la película, más o menos, cada año, porque es un recuerdo muy bonito para ellos. Es como retroceder en el tiempo por 15 minutos. Creo que Maaike no solo la vio por primera vez, sino que entendió, que algún día, en el futuro, la vería junto a su familia, como una forma de recordar ese momento que marcó su infancia.
«Siempre hay una relación extraña entre el cineasta y su “personaje principal”. Algo especial».
- ¿Qué es diferente cuando grabas a niños?
Lo más importante es capturar la realidad tal y como la ve el niño. La cámara no debería grabarlos desde arriba, se debería estar al mismo nivel que ellos.
La otra particularidad es mantener la cámara en la mano para mantenerse en consonancia con la vivacidad de los niños, que siempre están en movimiento. Quería que la película fuera más animada cuando los niños jugaran en el bosque y en las calles, y un poco más adusta cuando los niños llegaran a la casa nueva, mostrando como se sentirían de aburridos, tristes y estando rodeados de ladrillos.
Además, una entrevista con un adulto, puede demorar una hora o incluso, una hora y media. Pero con los niños, es difícil excederse de los 20 minutos o la media hora.
- ¿Dirías que grabar a niños es más espontáneo, más natural?
Depende del tema. Si haces una película sobre un niño que está pasando por problemas serios, como una enfermedad, ceguera o autismo, creo que sería completamente diferente y mucho más duro.
He hecho tres documentales infantiles y uno sobre adolescentes. Todos tienen algo en común: van sobre la libertad, sobre el carácter lúdico y la inventiva de los niños. Eso es algo que realmente me gusta.
- ¿Cómo le va a Lilly? Debe de rondar los veinte años.
¡Lilly tiene 21! Sigo en contacto con su madre a través de Facebook o cuando pasa algo relacionado con la película. Le dije, por ejemplo, que la película estaría en 99 y estaba muy entusiasmada.
Le va muy bien, y a sus hermanos Melvin y Robbin también. Está estudiando y sigue viviendo con su madre. Ya no viven en la casa que se ve en la película. Viven en otro pueblo, más cerca de la naturaleza.
Sigo en contacto con mucha gente que aparece en mis películas, algunas se han vuelto muy cercanas a mí. Siempre hay una relación extraña entre el cineasta y el «sujeto», el «personaje principal», si se puede decir así. Es algo especial.
- ¿En qué proyectos estás trabajando?
Antes que nada, he sobrevivido a la crisis del COVID como cineasta, logrando hacer dos películas.
Hice una película entera solo con mi ordenador, junto con otros 11 cineastas, durante el primer confinamiento. Fue bastante extraño… Se llamó «#Lockdocs». Incluimos a niños holandeses de todos los Países Bajos, pero también de otros países, donde tuvieron que grabarse a sí mismos con teléfonos inteligentes. También los entrevistamos a través de Zoom. La idea era descubrir cómo estaban viviendo el confinamiento.
También hice un documental de 66 minutos sobre la Ópera neerlandesa, llamado «Crazy Days». ¿Cómo ensayas para una ópera en el medio de una crisis sanitaria? Llevar mascarillas, mantenerse a un metro y medio de distancia, vivir con miedo a que la Ópera se cierre en cualquier momento…
Ahora estoy trabajando en un proyecto, en el cual trabajaba antes de la crisis sanitaria. Es una película sobre el voluntariado en los espacios naturales de los Países Bajos. Será como un mosaico, donde habrá mucha gente, la cual hemos seguido a lo largo de las estaciones.
- ¿Algunas palabras sobre 99 y la adaptación de tu película en varios idiomas?
Si un cineasta sube una película a Vimeo, cualquiera puede verla… ¡pero nadie puede encontrarla! Creo que es maravillo tener una plataforma como 99 porque la gente de otros países podrá ver mi película.