En lo que a ciudades mundiales se refiere, Lagos es una de las más atestadas. En la capital financiera de Nigeria, llevar sangre a los pacientes puede tomar hasta 24 horas.


Joseph es lo que se conoce como un blood rider. Arriesga su vida y su cuerpo en viajes velocísimos. Se abre paso a través de ríos de tránsito: automóviles, minibuses y peatones. Con un ojo en su GPS, él entrega “carga” urgente: sangre para transfusiones en el sector de maternidad.


Deborah está en labor de parto. Necesita una transfusión.
¿Llegará a tiempo Joseph?

Dirigido por Jon Kasbe
Producción: Kristen Lewis, April Hayes, Jon Campbell
Cámara: Jon Kasbe, David Bolen
Montaje: Jim Hession, Jon Kasbe, Federico Conforti
Música: Nathan Halpern, Chris Ruggiero
Producción ejecutiva: Michael Tabtabai
Post-producción: Christo Arsenio
Sonido: Paul Hsu
Corrección de color: Seth Ricart
Gracias: LifeBank, Google, Jodie Clifford
Traducción: Maria Emilia Casale

Entrevista

Jon Kasbe | 99.media

Jon Kasbe Director

Filmábamos a los «blood riders»
mientras montábamos al revés
motocicletas separadas,
apretando las piernas
para aferrarnos a la moto.
  • ¿Puedes hablarnos de tí, Jon?


Soy un director y cineasta australiano-indio. Mi primer largometraje, When Lambs Become Lions (Dejándolo todo por los elefantes), fue acreedor del Sundance Documentary Fund (Fondo para documentales, de Sundance), en 2017. Ganó en la categoría Mejor Edición, en el Festival de Cine de Tribeca, en 2018, y fue nominado para dos premios IDA, en 2019, en las categorías Mejor Cinematografía y Mejor Edición. Mis cortometrajes se han proyectado en festivales de todo el mundo, en SXSW, Hot Docs, Festival de Cine de Sheffield, etc.

Blood Rider | 99.media
  • ¿Cómo te enteraste de la escasez de sangre en Nigeria, y cómo surgió este proyecto?


Nigeria tiene la cuarta tasa de mortalidad materna más alta del mundo, y me impresionó descubrir que uno de los factores contribuyentes es la dificultad para que la sangre llegue a los hospitales cuando se la necesita. Descubrí que, debido a los estigmas que rodean a los aparentes peligros de la donación de sangre, hay una enorme escasez, y la sangre se almacena en bancos centrales en vez de en los hospitales locales. Sin embargo, los embotellamientos del tráfico causan que las entregas entre instalaciones tengan una demora enorme e impredecible. Puede llevar hasta 24 horas trasladar sangre desde un banco central hasta un hospital que la necesite.


LifeBank, la compañía trasportadora de sangre, está acortando enormemente los tiempos de entrega, utilizando tecnología para conectar bancos sanguíneos, hospitales y motociclistas especializados, llamados blood riders, con datos de navegación en tiempo real.


Lo que atrajo a mi espíritu cinematográfico fue la combinación entre el importantísimo problema de mortalidad materna y la abrumadora tensión de los blood riders, que van a toda velocidad para entregar suministros que salvan vidas. Además, yo había pasado varios años trabajando en cuatro proyectos en Kenia, y uno en la República Centroafricana, así que sentía una conexión fuerte con la región. No podía dejar de pensar en eso; entonces, me lancé ante esta oportunidad.
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  • La película logra un balance increíble entre la energía frenética de los veloces motociclistas y los momentos más lentos y tranquilos en casas y hospitales. Cuéntanos acerca del rodaje.


Yo sabía que el proceso para ganar confianza, crear relaciones y, eventualmente, filmar todo lo que sucedía no podía hacerse a las apuradas. Pasamos meses desarrollando y planeando. En total, filmamos durante cuatro semanas, y enfrentamos muchos obstáculos en el proceso.


Por un lado, los filmábamos en vehículos a muy alta velocidad, sin retrasarlos. Filmábamos a los blood riders mientras montábamos al revés motocicletas separadas, apretando las piernas para aferrarnos a la moto. Esto nos daba la mayor libertad para operar la cámara portátil. Este método nos permitía aprovechar las repentinas vueltas bruscas y los cambios de velocidad que los blood riders usualmente hacían mientras sorteaban el tráfico caótico. Cada viaje era caótico, inestable, incierto y único. Estos motociclistas estaban intercambiando su propia seguridad para ayudar a alguien en peligro.


Por otro lado, también filmábamos muy de cerca a mujeres en trabajo de parto, así que debíamos ser escrupulosamente silenciosos, sensibles y respetuosos de sus límites y privacidad.

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  • Logras contar la historia “desde ambos lados”. Filmas a Joseph, mientras entrega sangre, y a Deborah, en trababjo de parto. ¿Cómo lograste esto?


LifeBank nos conectó con hospitales a los que hace entregas habitualmente, y nosotros comenzamos a conocer mujeres con fechas probables de parto en las siguientes de dos a seis semanas. Diez de las cuarenta mujeres que conocimos se sintieron cómodas con la filmación y aceptaron participar en nuestro proyecto. Nos pareció importante presentar en forma independiente a las embarazadas en su propio camino, no solo como alguien anónimo a quien salvan. Así que pasamos tiempo filmando con cada mujer mucho antes de que comenzaran el labor de parto. Durante un mes, nos movimos entre el hospital y las casas de las mujeres. Aguardamos con paciencia. Perdimos algunos partos por minutos y filmamos otros que, misericordiosamente, salieron bien, sin requerimiento de sangre adicional.


De casualidad, un blood rider, Joseph, terminó entregando sangre mientras Deborah, una de las madres que habíamos estado filmando, la necesitaba con urgencia. Y el entrecruzamiento de sus arcos se transformó en la base de esta historia.

Blood Rider | 99.media
  • ¿Cuáles son tus proyectos ahora?


Acabo de terminar un documental acerca de un robot, que se estrenará en 2022.

  • ¿Unas palabras sobre 99 y el subtitulado de tu película en muchos idiomas?


Agradezco mucho que 99 haga que las películas sean más accesibles para otras culturas e idiomas. Es tan importante cuando se intenta tener una conversación amplia sobre estos temas.

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